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PODER DE DIOS

ANHELO DE ESTAR CON DIOS

 

Salmo, 42

David en medio de las tribulaciones, se consuela con la memoria de los bienes celestiales y la esperanza de su libertad.


1.Para fin: 1. Salmo de instrucción, a los hijos de Coré.


2.Como brama* el sediento ciervo por las fuentes de aguas: así, oh Dios, clama por ti el alma mía.


3.Sedienta está mi alma del Dios fuerte y vivo. ¡Cuándo será que yo llegue y me presente ante la cara de Dios!


4.Mis lágrimas me han servido de pan día y noche desde que me están diciendo continuamente: Y tu Dios ¿dónde está?


5.Tales eran los recuerdos que venían a mi memoria y ensanché mi espíritu dentro de mí, porque yo he de llegar, dije, al sitio del admirable Tabernáculo, hasta la Casa de mi Dios; entre voces de júbilo, acción de gracias y de algazara de convite.


6.¿Por qué estás triste, oh alma mía? ¿y por qué me tienes en esta agitación? Espera en Dios porque aun cantaré sus alabanzas, como que es el Salvador que tengo siempre delante de mí.


7.Y mi Dios, conturbada está interiormente mi alma; por lo mismo me acordaré de ti en el país que está desde el Jordán hasta Hermón y el pequeño monte.


8.Como al estampido con que se deshacen tus cataratas, un abismo llama a otro abismo, así todas tus tempestades y todas tus olas se han ido descargando sobre mí.


9.En el día dispondrá el Señor que venga su misericordia y yo en la noche cantaré sus alabanzas. Haré para conmigo oración a Dios, autor de mi vida.


10.Le diré a Dios: Tú eres mi amparo, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿y por qué he de andar yo triste mientras me aflige el enemigo?


11.Mientras se están quebrantando mis huesos no cesan de insultarme mis enemigos, que me atormentan diciéndome todos los días: Y tu Dios ¿dónde está?


12.Pero, oh alma mía, ¿por qué estás triste? ¿por qué me llenas de turbación? Espera en Dios, pues aun he de cantarle alabanzas, pues es el Salvador que está siempre delante de mí, y el Dios mío. 

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