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PODER DE DIOS

 

LA IGLESIA DE DIOS

EL TABERNÁCULO


ANTECEDENTES DEL TEMPLO DE DIOS

El primer lugar de culto de los israelitas a Dios fue el Tabernáculo, tanto en el desierto como en Canaán, donde fue establecido en Gilgal, primero, y luego en Silo. También que, una vez trasladada la capital del reino a Jerusalén, por parte de David, allí fue su hijo –Salomón- el rey que construyó el templo de acuerdo a los planos que su padre realizó siguiendo las instrucciones del propio Dios.
 
El templo pasó a ser el lugar de reunión de un pueblo ahora sedentario y de la adoración de este pueblo a Dios, hasta ser destruido por Nabucodonosor II y reconstruido por Zorobabel. Aunque no tan hermoso como el primero, este segundo templo también fue asaltado, y arruinado sucesivamente, hasta que el rey Herodes el Grande, poco antes del nacimiento de Jesús de Nazaret, lo ampliase y restaurase. Este es el edificio que conoció Jesús cuando, siendo aún niño, era llevado por sus padres a adorar a Dios.
 
La Biblia lo considera como el lugar en donde los judíos rendían culto a Dios. El Templo de Jerusalén era también considerado, en primer lugar, la morada de Dios en la tierra, y secundariamente el centro de culto y reunión.
 
La Biblia menciona cuatro Templos:
 
1.- El primero es el Templo de Salomón, cuya construcción concluyó hacia 968 a. C. El Templo era idéntico en la distribución al Tabernáculo, pero sus medidas interiores eran exactamente el doble, todo el edificio estaba construido y adornado con los materiales más nobles que lograron obtener, tales como el mármol, madera de cedro, finas telas ricamente bordadas, etc.
 
2.- El Templo de Zorobabel, que fue la reconstrucción del destruido Templo de Salomón, su estructura era menos suntuosa. En el año 168 a.C., fue saqueado por Antíoco IV.
 
3.- El Templo de Herodes el Grande, fue de nuevo otra reconstrucción, si bien fue tan completa que prácticamente era un templo nuevo. Este es el Templo que se cita en todo, el nuevo Testamento.
 
4.- Por último, el profeta Ezequiel nos da la visión del Templo Ideal y aunque nunca se llegó a construir tuvo gran influencia en el Templo Zorobabel y en el de Herodes.

LA SINAGOGA JUDÍA
 

 

 

 

 

 

 

 

 
En el Nuevo Testamento hay otro lugar de culto denominado sinagoga. ¿En qué se diferencia éste edificio del edificio del templo? Para los judíos una sinagoga es una casa destinada a la alabanza al Eterno. Allí se repiten rezos, se lee la Torá, y eventualmente se estudia, siendo el rabino del lugar quien enseña en disertaciones públicas.
 
En una sinagoga, cuando hay diez o más hombres adultos, se recita grupalmente la alabanza llamada kadish, y demás alabanzas que requieren diez varones adultos, y toda la congregación responde "amen". Respecto a por qué hace falta que en el rezo haya diez individuos o más (minián), la respuesta tiene que ver en la necesidad de conformar un grupo en el que las fallas de uno sean disimuladas por las virtudes de los demás. De esta manera se asegura que Dios oirá y responderá los ruegos que se eleven a Él, incluidos los individuales según sus necesidades.

 

EL TEMPLO DE DIOS



En el templo –recordemos que desde el año 70 de nuestra era Jerusalén dejó de tenerlo, quedando solo el “muro de los lamentos”- además de lo mencionado arriba, se ofrendan animales y vegetales, y a diferencia de las sinagogas, no se responde en ellos "amen"( אמן ) sino "Baruj Shem Kevod Maljutó Leolam Vaed" (הוא שםכבודמלכותולעולם), que significa: “Sea el nombre de la Gloria de Su reinado por siempre jamás”.
 
La palabra “templo” deriva del latín templum, que significa un lugar descubierto que permite una visión de la región circundante. En un sentido más estricto significa un lugar sagrado para la Divinidad, un santuario. En la Biblia el santuario de Jerusalén lleva el nombre hebreo de Bet Yehovah (casa de Yahveh). El edificio sagrado consistía en dos salas principales, una llamada hekal (casa o templo), o godes (el Santo), y la otra debir (que es el oráculo), o godesh haggodashim (el Santo de los Santos). El Nuevo Testamento la llama oikos, “la casa”, ouaos, en latín, cella, “el lugar más sagrado del templo” y hieron, “el conjunto del recinto sagrado”. El templo que Salomón erigió al Señor hacia el 966 antes de Cristo fue destruido por Nabucodonosor el 596 antes de Cristo. Tras la vuelta de la cautividad Zorobabel lo levantó de nuevo de sus ruinas (537 antes de Cristo), pero en tan modestas condiciones que los ancianos que habían visto el antiguo Templo lloraban.
 
En el décimo octavo año de su reinado, que corresponde al 19 antes de Cristo, el rey Herodes destruyó el Templo de Zorobabel para reemplazarlo por otro que igualaría, si no sobrepasaba en esplendor, al de Salomón.
 
 
JESÚS PREPARA EL CAMINO DE SU IGLESIA

Cristo dijo: Mt 16 13-20 (13)Viniendo después Jesús al territorio de Cesárea de Filipo, preguntó a sus discípulos: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? (14)Respondieron ellos: Unos dicen que Juan Bautista, otros Elías, otros, en fin, Jeremías, o alguno de los profetas. (15) Les dice Jesús: Y vosotros ¿quién decís que soy yo? (16) Tomando la palabra Simón Pedro dijo: Tú eres el Cristo o Mesías, el Hijo del Dios vivo. (17) Y Jesús respondiendo, le dijo: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jona, porque no te ha revelado eso la carne y la sangre ni hombre alguno, sino mi Padre, que está en los cielos. (18) Y yo te digo que tú eres Pedro y que sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y las puertas o poder del infierno no prevalecerán contra ella. (19) Y a ti te daré las llaves del Reino de los cielos. Y todo lo que atares sobre la tierra será también atado en los cielos, y todo lo que desatares sobre la tierra será también desatado en los cielos. (20) Entonces mandó a sus discípulos que a nadie dijesen que él era Jesús, el Cristo o el Mesías”.
Fundó su Iglesia para continuar su obra de salvación. Única y exclusivamente a esta Iglesia que El mismo fundó, confió su misión, su Evangelio, su autoridad y sus poderes divinos para predicar, bautizar, hablar en su nombre y salvar a los hombres.
 
CRISTO FUNDO LA IGLESIA CATÓLICA
Se ha dicho con acierto que la Historia de la Iglesia no es otra cosa sino el desarrollo de los principios de Luz y Vida traídos por Jesucristo a la tierra. Jesucristo enseñó la VERDAD con su Doctrina y comunicó la VIDA divina con los Sacramentos; y la Iglesia que El fundó se encarga de llevarlas con su evangelización y actividad a todos los rincones del mundo hasta el fin de los siglos
 
Para dar ilusión a su Iglesia, el Espíritu Santo se encargará de repartir siempre dones carismáticos a los creyentes.
 
Pero, a la vez, dará a la Iglesia la firmeza de una institución solidísima, con una Jerarquía unida en el que es la Roca inconmovible, Pedro, el Vicario de Jesucristo, con promea de subsistencia en sus sucesores hasta el final de los siglos.
La Iglesia estará así gobernada invisiblemente por el Espíritu Santo, nos ha dicho el Concilio, “con diversos dones jerárquicos y
carismáticos”.
 
Al verla, nadie podrá dudar de que la UNICA Iglesia de Jesucristo es la que subsiste sobre la Roca, sobre Pedro, sobre el Papa, sucesor ininterrumpido del pescador de Galilea.
Además, con esta Institución jerárquica, por muchos que fueran los carismas personales, siempre se cumpliría su gran deseo: “¡Que todos sean uno!” (Jn 17,21).
Toda persona que es lógica y cree en lo que dice la Biblia y quiere hacer la voluntad de Dios, debería aceptar lo siguiente:
- Cristo no escribió una Biblia, sino que fundó una Iglesia: formó hombres y los mandó a hablar y actuar en su Nombre (II Timoteo 2, 2; Lucas 10,16; Mateo 28,19; Juan 20,19-23).
- La Iglesia que Cristo fundó debe necesariamente tener 21 siglos de existencia, puesto que Cristo vivió hace más de 2000 años en esta tierra.
- Únicamente la Iglesia que tiene 21 siglos es la Iglesia fundada por Cristo; es la iglesia legítima, la que escribió la Biblia, la que recibió el Espíritu Santo, la que salva.

- Ahora bien, la historia nos dice que la Iglesia Católica, es decir, la Iglesia cristiana universal, es la única Iglesia que tiene 21 siglos, y que esta misma Iglesia viene de los Apóstoles, a través de sus legítimos sucesores. Desde San Pedro, martirizado en el año 67 en Roma por el emperador romano Nerón, hasta el Papa Benedicto XVI, esta Iglesia tiene un jefe representante de Cristo en la tierra y sucesor legítimo de San Pedro, ahora llamado Papa.
- Únicamente la Iglesia Católica y Apostólica, que ha tenido 265 Papas, puede proporcionarnos una lista de sus jefes, desde San Pedro hasta el Papa actual.
- Cristo, por ser Dios, no puede equivocarse ni engañarnos: prometió a sus Apóstoles y a sus sucesores que El estaría con ellos hasta el fin del mundo y que las fuerzas del mal no podrían prevalecer contra su Iglesia (Mateo 28, 17-19; 16, 18) Por consiguiente, pretender que la Iglesia verdadera se acabó en el siglo cuarto y que el emperador Constantino "fundó la Iglesia Católica" es antibíblico y antihistórico; es una afirmación indigna de un hombre sensato.
- Los que inventan supuestas iglesias desobedecen a Cristo y a sus legítimos representantes a quienes El dijo: "Quien a vosotros escucha, a Mí me escucha y quien a vosotros rechaza, me rechaza a Mí; ahora bien, quien me rechaza a Mí rechaza a Aquel que me envió" (Lucas 10, 16).
- Iglesia Católica y Biblia son inseparables. Rechazar la Iglesia Católica y Apostólica y servirse de la Biblia, que esta misma Iglesia nos transmitió durante dieciséis siglos, es algo ilógico. Cristo por ser Dios, es sabio y prudente, no dejó la Biblia como una manzana de la discordia entre sus discípulos. Fundó una Iglesia, dejó un representante, que fue San Pedro y sus legítimos sucesores, para predicar, interpretar y defender su Evangelio contra los manipuladores de la Biblia (II Pedro 1, 20; Gal. 1, 8; II Cor. 11, 13-14). La Biblia en manos de los fundadores de sectas, no puede defenderse, no tiene boca para desmentir las falsas interpretaciones e injustas acusaciones.

- La Iglesia verdadera necesariamente es UNA, SANTA, CATÓLICA Y APOSTÓLICA. Debe tener 2000 años; debe tener la misma fe, la misma moral, la misma autoridad mediante la legítima sucesión apostólica y la misma enseñanza, desde Cristo hasta hoy. Ahora bien, aparte de la Iglesia Católica, ninguna de las 36,000 iglesias protestantes cumple con estas condiciones (Juan 17, 20).
 
LA IGLESIA ES CATÓLICA
Así como Cristo es el único mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2, 5), así la Iglesia Católica es la única Iglesia que conduce a Jesucristo, puesto que ella sola fue fundada por El, para continuar su obra. Ella sola recibió al Espíritu Santo y la promesa de ser asistida por El hasta el fin del mundo (Hechos 1, 8; Mateo 28, 20); ella sola es "la Iglesia del Dios viviente, columna y sostén de la verdad" (I Timoteo 3, 15); ella sola es la Iglesia de la cual habla la Biblia. Separarse de ella es renunciar a Cristo. Que esta Iglesia tenga hijos ministros buenos o malos es otro asunto.
Cristo, Pontífice y Sacerdote supremo del Nuevo Testamento (Hebreos 4 y 5), formó a los Apóstoles y les comunicó sus poderes. Los Apóstoles que son los enviados y depositarios exclusivos de la autoridad de Cristo, antes de morir dejaron sucesores legítimos, esto es, formaron otros presbíteros y obispos, a quienes dieron el poder y la misión de predicar conforme la Fe que ellos recibieron, predicaron y transmitieron (II Timoteo 2, 2). Desde el siglo I hasta el XXI, siempre la Iglesia Católica tuvo sacerdotes, obispos y papas. Ella sola tiene esta sucesión apostólica legítima.
San Pablo escribe a su discípulo, el obispo Tito: "Te he dejado en Creta (isla griega) para que arregles las cosas que faltan y para que constituyas presbíteros en cada ciudad como yo te ordené" (Tito 1, 5). Los presbíteros son los sacerdotes. El mismo San Pablo dice a los fieles de la ciudad de Corinto: "Os alabo porque observáis las tradiciones conforme os las he transmitido" (I Cor. 11, 2). "Mantened firmemente las tradiciones en que fuisteis adoctrinados, ya sea de viva voz ya sea por carta nuestra" (II Tesalonicenses 2, 15). Una secta que nació 2000 años después no ha visto nada, no recibió nada, no escuchó nada, no tiene ninguna tradición apostólica.
 
LA IGLESIA DEBE SER APOSTÓLICA
Cristo mandó a sus Apóstoles y sucesores anunciar su Evangelio (Mateo 28, 20). Los Apóstoles predicaron y dejaron representantes. San Pablo escribe a Timoteo, a quien consagró Obispo: "Lo que oíste de mí transmítelo a hombres fieles, los cuales serán aptos para enseñarlo a otros" (II Timoteo 2, 2). En la Iglesia Católica, desde San Pablo los obispos transmitieron a otros obispos lo recibido y los dejaron como guardianes de este depósito de la Fe (I Timoteo 6, 20) para evitar el robo y la confusión. Las palabras Iglesia y Católica vienen del griego y significan la asamblea universal de todos los fieles cristianos. Decir católico y decir cristiano es la misma cosa. "La iglesia, dijo San Agustín, es el pueblo cristiano esparcido por toda la redondez de la tierra". Desde el año 107, San Ignacio mártir, segundo Obispo de Antioquia de Siria, después de San Pedro, utilizó el término Iglesia Católica.

 

ORGANIZACIÓN ECLESIÁSTICA




 

 


La Iglesia católica (en latín: Ecclesia Catholica) es la iglesia cristiana más numerosa. Se considera a sí misma un «sacramento», un «signo e instrumento de la unión íntima con Dios y de la unidad de todo el género humano», por cuanto ella misma se declara fundada por Cristo. Está compuesta por 23 iglesias sui iuris que se encuentran en completa comunión con el papa y que en conjunto reúnen a más de 1200 millones de fieles. Se trata de una comunidad cristiana que se remonta a Jesús y a los doce apóstoles, a través de una sucesión apostólica nunca interrumpida, también compartida con la Iglesia ortodoxa.
La Iglesia católica tiene miembros en la mayoría de los países de la Tierra, aunque su proporción en la población varía desde una mayoritaria en algunos a casi nula en otros. Es una organización jerárquica en la que el clero ordenado está dividido en obispos, presbíteros y diáconos. El clero está organizado de forma jerárquica, pero tiene en cuenta la comunión de los fieles. Cada miembro del clero depende de una autoridad superior, pero la autoridad superior debe ejercer su gobierno teniendo en cuenta la comunidad, a través de consultas, reuniones e intercambio de ideas.
Basílica de San Juan de Letrán, catedral de Roma y Madre y Cabeza de todas las iglesias del Mundo, por su condición de sede del Romano Pontífice.
Territorialmente, la Iglesia católica se organiza en diócesis o Iglesias particulares, cada una bajo la autoridad de un obispo; algunas de éstas, de mayor rango, son llamadas arquidiócesis (o archidiócesis) y están bajo la autoridad de un arzobispo. En las iglesias orientales católicas, estas circunscripciones suelen llamarse eparquías y archieparquías, respectivamente. En marzo de 2015 había 2845 diócesis en todo el mundo, de las cuales 634 son arquidiócesis. La diócesis de Roma, que incluye a la Ciudad del Vaticano, es la Sede Papal. Asimismo, existen 9 Patriarcados (3 latinos y 6 de ritos orientales), 10 Exarcados Patriarcales y 5 territorios dependientes de Patriarcas.
La Iglesia católica no es sólo para un grupo o región. Es para todo pueblo, raza y nación. Está en todas partes, es la más grande y bien organizada del mundo. No porque sus miembros sean más inteligentes sino porque es obra de Dios.
 
Creo en la Iglesia porque sólo ella enseña con autoridad divina toda la verdad
Jesús confió a los Apóstoles la revelación divina contenida en su Palabra. Les prometió el Espíritu Santo y les comunicó la facultad de enseñar en Su nombre. «Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado.» -Lucas 10,16. Sólo la Iglesia Católica es gobernada por el Papa y los obispos, sucesores de los Apóstoles, herederos de esta promesa. Ellos poseen por lo tanto la autoridad del magisterio para enseñar toda la Palabra revelada y profundizar su contenido sin error, con la protección y guía del Espíritu Santo.
Mientras que en otras Iglesias hay diversidad de interpretaciones Bíblicas, sólo la Iglesia Católica ha enseñado la verdad plena con total consistencia en todas partes desde el principio. Sólo ella posee el Depósito de Fe que contiene todo lo que Jesús nos reveló: La Biblia y la Tradición Apostólica.
 
 
LOS DOCE APÓSTOLES
 
─a los que les ha confiado todos los tesoros de Luz y Vida, la VERDAD y la GRACIA, con su Doctrina y los Sacramentos─ tendrán sucesores incontables, que por Jesús se jugarán incondicionalmente la vida, a fin de estar dispuestos a llevar el Evangelio a todas las gentes. Jesucristo se demostró, al fundar su Iglesia, un organizador tan genial como sencillo.
 
 
La Iglesia, el Pueblo nuevo de Dios, “tiene como meta el Reino; como estado, la libertad de sus hijos; y como única ley, el precepto del amor”. O, como dice otro prefacio, “la Iglesia, vivificada por el Espíritu, resplandece como signo de unidad ante todos los hombres, da testimonio de El en el mundo y abre a todos las puertas de la esperanza”.
 
 
EL PRIMER SIGLO DE LA IGLESIA
 
A pesar de no ser una historia, sino narración de cosas sueltas, el libro “Hechos de Apóstoles”, de Lucas, es la mejor información que tenemos sobre la Iglesia en su primer siglo de existencia. Algunos otros acontecimientos ocurridos por entonces completarán la idea que nos hemos formado hasta ahora.
 
Los Apóstoles empezaron a movilizarse por los años cuarenta; permanecían en Jerusalén, aunque la Iglesia se extendió por otras partes de Palestina, como Jope donde estuvo Pedro; por Samaria, adonde fueron Pedro y Juan para ver lo que había hecho el diácono Felipe. Pero la Iglesia prosperaba poco en Judea, y los Apóstoles eran perseguidos de cuando en cuando (Hch 5,17-41), hasta que vino el martirio de Santiago por el año 44, y con ello la dispersión definitiva, aunque volvieran de cuando en cuando a Jerusalén.
 
Todos sabemos que el Papa, en cuanto al sacerdocio, es un obispo como los demás, pero con una cualidad, conferida por Jesucristo, que lo distingue de todos los otros: en cuanto a jerarquía o gobierno, no es el primero entre iguales, sino que es el cabeza de todos ellos, como Vicario del mismo Jesucristo. Por eso tiene autoridad suprema sobre todos los obispos y sobre la Iglesia entera, sin sujeción alguna a otra potestad humana.

 


BASÍLICA DE SAN PEDRO
 


La Basílica papal de San Pedro (en latín: Basilica Sancti Petri; en italiano: Basilica Papale di San Pietro in Vaticano), conocida comúnmente como Basílica de San Pedro, es un templo católico situado en la Ciudad del Vaticano.
La basílica cuenta con el mayor espacio interior de una iglesia cristiana en el mundo, presenta 193 m de longitud, 44,5 m de altura, y abarca una superficie de 2,3 hectáreas. La altura que le confiere su cúpula hace que su figura domine el horizonte de Roma. Es considerada como uno de los lugares más sagrados del catolicismo. Se ha descrito como «ocupante de una posición única en el mundo cristiano», y como «la más grande de todas las iglesias de la cristiandad». Es una de las cuatro basílicas mayores y una de las iglesias que se deben de visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo.
En la tradición católica, la basílica se encuentra situada sobre el lugar de entierro de san Pedro, que fue uno de los doce apóstoles de Jesús de Nazaret, primer obispo de Antioquía, primer obispo de Roma y, por lo tanto, el primero de los pontífices. La tradición y las evidencias históricas y científicas sostienen que la sepultura del Santo está directamente debajo del altar mayor de la basílica. También la mayoría de los papas han sido enterrados en San Pedro desde la época paleocristiana.
En el sitio de la basílica han existido iglesias desde el siglo IV. La construcción del actual edificio, sobre la antigua Basílica constantiniana, comenzó el 18 de abril de 1506, por orden del papa Julio II, y finalizó el 18 de noviembre de 1626.

 

LINEA DEL TIEMPO DEL PONTIFICADO EN EL MUNDO
 

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